lunes, 20 de octubre de 2008

Poder líquido

En este asunto de seguir debatiéndome entre lo líquido y lo sólido, le tocó al poder. Leyendo el nuevo libro de mi amigo Fernando Laría "Calidad Institucional y Presidencialismo", se me ocurrió que su propuesta, en algún sentido tiene que ver con "licuar el poder de los poderosos". Y para licuar, hace falta poner líquido en la licuadora. Si ponemos algo sólido, lo único que conseguiremos es romper la licuadora. Por lo tanto, si de poder se trata, nuevamente, mi voto va para lo líquido. Por licuable, por maleable, porque fluye y porque... el agua, horada la piedra!

Aquí va un parrafito del libro de Fer, invitándonos a los argentinos a sustituir nuestro sistema presidencialista (típico de latinoamérica) por el sistema parlamentario de tipo europeo.
"Unas de las ventajas del sistema parlamentario es su flexibilidad y las posibilidades de cambiar el titular del ejecutivo sin que se produzca una crisis política.
En el sistema presidencialista, el desgaste acelerado de la figura presidencial, como consecuencia de sus errores o de la presencia de circunstancias adversas que no ha podido neutralizar, deja a los ciudadanos como si estuvieran frente a un matrimonio sin divorcio. Por esa razón el sistema parlamentario ofrece la enorme ventaja de terminar con nuestras "monarquías presidenciales" y el riesgo que supone entregar un cheque en blanco por cuatro años a una persona que, con pasmosa tranquilidad, puede rotar radicalmente su compromiso electoral o simplemente fracasar estrepitosamente."

Esta es una respuesta a la frase: " nos votaron"(que en Argentina parece que continuara), ahora,JODANSE!!!




No hay comentarios: