La cultura humana- me refiero a todo aquello en lo cual la vida humana se ha elevado por encima de sus condiciones animales y se distingue de la vida animal muetra dos aspectos:
1) abarca todo el saber y poder-hacer que los hombres han adquirido para gobernar las fuerzas de la naturaleza y arrancarle bienes que satisfagan sus necesidades
2)comprende todas las normas necesarias para regular los vínculos recíprocos entre los hombres y, en particular, la distribución de los bienes asequibles.
Todo individuo es virtualmente un enemigo de la cultura. Por eso la cultura debe ser protegida contra los individuos, y sus normas, instituciones y mandamientos cumplen esa tarea.
Se creería posible una nueva regulación de los vínculos entre los hombres, que cegara las fuentes del descontento con rewspecto a la cultura renunciando a la compulsión y a la sofocación de lo pulsional, de suerte que los seres humanos, libres de toda discordia, pudieran consagrarse a producir bienes y gozarlos. Sería la Edad de Oro; pero es dudoso que ese estado sea realizable. Parece más bien, que
toda cultura debe edificarse sobre una compulsión y una renuncia de lo pulsional. (de El porvenir de una ilusión)