jueves, 23 de abril de 2009

el artista de Nietzsche (Una página maravillosa)


Hay épocas en las que el hombre racional y el hombre intuitivo andan juntos, uno angustiado ante la intuición, el otro burlándose de la abstracción; tan irracional el último como poco artista el primero. Ambos ansían dominar la vida: éste, sabiendo tratar las principales necesidades con previsión, prudencia y regularidad; en tanto aquel, como "héroe pletórico de la alegría", no ve esas necesidades y toma como real sólo la vida que se ajusta a la apariencia y la belleza. Allí donde el hombre intuitivo -como por ejemplo en la antigua Grecia-maneja sus armas con más fuerza y más victoriosamente que su adversario, se puede, en casos favorables, formar una cultura , y fundar el dominio del arte sobre la vida. Ese fingir, esa negación de la necesidad, ese esplendor de las intuiciones metafóricas y en general esa inmediatez del engaño acompañan todas las manifestaciones de semejante vida. Ni la casa, ni el vestido, ni el jarro dejan ver que la necesidad los inventó; parece que en todos ellos debiera expresarse una felicidad sublime y una serenidad olímpica. Mientras que el hombre guiado por conceptos y abstracciones sólo evita la infelicidad con ellos, sin ganarse la felicidad, mientras trata lo más posible de evitarse los dolores, el hombre intuitivo, estando en una cultura, además de evitar los males cosecha una claridad, una animación y una liberación que fluyen continuamente. Es cierto que cuando sufre, sufre más fuertemente. Incluso sufre más a menudo porque no sabe aprender de la experiencia y vuelve a caer en el mismo hoyo en el que había caído. Es tan irracional en el dolor como en la dicha, grita fuerte y no tiene consuelo.
(de Sobre verdad y mentira en sentido extramoral)

martes, 21 de abril de 2009

un cuentito

Cuando Facundo se subió a aquel tren ignoraba que ese viaje le cambiaría la vida para siempre. El párroco de la iglesia del pueblo donde había nacido trece años antes le había pedido por favor que acompañara a Andrea, la monjita, y él no había sabido negarse.
Se habían sentado uno junto al otro con la confianza que les daba tantos años de verse en la iglesia, un domingo tras otro, aunque nunca hubiesen intercambiado más que diez palabras seguidas.
Facundo jamás pudo explicarse que lo hizo despertarse en la mitad de la noche. Cuando se despertó, Andrea hablaba sola y lloraba. No. No hablaba sola. Hablaba con alguien que Facundo no podía ver, quizás porque estaba todo oscuro o él estaba demasiado dormido. Ella hablaba y lloraba. Y él no pudo seguir durmiendo. La curiosidad lo despabiló. Tenía que saber con quién hablaba Andrea y por qué lloraba tanto. El estaba ahí para cuidarla.

Cuando Andrea se subió a aquel tren sabía que ese viaje le cambiaría la vida para siempre. El párroco de la iglesia del pueblo donde había vivido los últimos catorce años, prácticamente la había obligado a tomar aquella decisión.
Se había sentado al lado de Facundo y esperado a que él se durmiera par soltar el llanto y sin darse cuenta, se descubrió a sí misma justo en el mismo momento que Facundo la descubría, hablando con él, ensayando lo que quería decirle, buscando las palabras que menos le dolieran y más la perdonaran.
Y ahora que él la estaba mirando se preguntaba si había llegado, por fin, el momento de confesar la verdad, o si sería mejor inventar otra historia más creíble.
Como ella no sabía cómo se le dice a un hijo la verdad, se hizo la dormida, se hizo la sonámbula.
-Hablabas en sueños- le dijo Facundo- No sé que decías. ¿Te acordás que soñabas?
-Soñaba con ser madre- dijo ella- y no ser mentirosa.

lunes, 13 de abril de 2009

Interpretación vs. semiología

La muerte de la interpretación consiste en creer que hay signos que existen originariamente, primariamente, realmente, como señales coherentes, pertinentes y sistemáticas.
La vida de la interpretación, al contrario, es creer que no haya sino interpretaciones.

La hermenéutica y la interpretación son dos enemigos bravíos.
(de Nietzsche, Freud, Marx)

jueves, 9 de abril de 2009

A martillazos

Si la interpretación no puede acabarse nunca es, simplemente, porque no hay nada que interpretar. No hay nada absolutamente primario que interpretar, pues, en el fondo, todo es ya interpretación; cada signo es en sí mismo no la cosa que se ofrece a la interpretación, sino interpretación de otros signos.

La interpretación no aclara una materia que es necesario interpretar y que se ofrece a ella pasivamente: ella no puede sino apoderarse, y violentamente, de una interpretación ya hecha, que debe invertir, revolver, despedazar a golpes de martillo.

(de Nietzsche, Freud, Marx)

domingo, 5 de abril de 2009

Mi debate personal


¿Para hacer cultura, por definición, hay que salirse del estado de naturaleza?

o

¿La naturaleza humana implica la posibilidad y la necesidad de hacer cultura?

pero entonces...

¿por qué la cultura produciría malestar?

¿Alguna cultura podría no producirlo?

viernes, 3 de abril de 2009

más nunca más

Dengue nunca más.
Epidemias de la pobreza nunca más.
¿O acaso no es una tortura un aire plagado de mosquitos distribuyendo enfermedad y muerte?

jueves, 2 de abril de 2009

Alfonsíndemocracia vs. K-autoritarismo

Esta vez, si, como en aquel entonces, fui parte de la marea.
Con un poco de nostalgia, si.

Con la esperanza de un pueblo nuevo, crecido.
Renovado.

Y un nuevo nunca más.
Nunca más el poder concentrado en dos o tres.
Ni con botas ni sin botas.
Nunca más.