martes, 25 de enero de 2011

No es todo tan sencillo entre la ley y el bien


Leyendo a Deleuze encuentro... una ley clásica, la de Platón,la del cristianismo.Esa ley no está desde el principio.Se funda en un principio más alto: El Bien.La ley clásica gira alrededor del Bien.
Si los hombres supieran lo que es el Bien, no necesitarían leyes.Obedecer las leyes es lo "mejor". El justo se somete a las leyes en el país donde vive. Obra así, lo mejor posible.

Pero después, nos cuenta Deleuze, llegó Kant. La revolución copernicana de Kant hace girar el Bien alrededor de la Ley. "La ley kantiana definida por su pura forma,carente de materia y de objeto, es de tal orden que no se sabe lo que es y que no se lo puede saber. La ley obra sin ser conocida. Se es culpable antes de saber lo que ella es".El que obedece esta ley ya no se siente justo, se siente culpable. Y más culpable se siente cuánto más obedece. Así funciona el superyo.

Y más tarde, será Freud quien podrá explicar la paradoja de la ley kantiana, la paradoja de la conciencia moral.Ésta nace del renunciamiento pulsional, así pues, más fuerte es el renunciamiento más fuerte es la conciancia moral y con más rigor se ejerce. "Cada fragmento de agresión de cuya satisfacción nos abstenemos es asumido por el superyo y acrecienta su agresión contra el yo.
(Presentación de Sacher. Masoch de Gilles Deleuze)