martes, 27 de octubre de 2009

Perogrullada


Hoy, recién hoy, descubrí que se escribe con el cuerpo. Que sin cuerpo no hay escritura. Hasta hoy creía que escribir era una cuestión intelectual, mental, a lo sumo sentimental, psíquica, esas cosas de la cabeza.
Hoy descubrí que se escribe igual que se baila. Con el cuerpo. Que no se puede anticipar cada palabra como no se pueden anticipar los movimientos de una danza. Salen, suceden. Sin pensarlos. Cuanto menos se piensan más libres salen. Y salen cuando está el cuerpo en juego. No se puede escribir en el aire. No se puede escribir sin las manos.

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