sabiduría tanguera 4: Relajáte, equivocáte, tropezáte!

Para bailar bien el tango hay que relajarse. Relajar el cuerpo. Relajar las piernas.
Para relajarse hay que despreocuparse. Es una obviedad, quizás, pero lo cierto es que para relajarse hay que permitirse equivocarse. Si uno no puede equivocarse, se tensa. Es imposible relajarse si uno cree que no se puede equivocar. O dicho al revés, relajarse es esa posición de confianza, de entrega, en la que uno renuncia a tenerlo todo bajo control. Uno se relaja. Uno se despreocupa.
Recién ahí, paradójicamente,uno baila bien.