domingo, 4 de abril de 2010

Abrir la puerta para ir a jugar


El dominio viene de la práctica , la práctica viene de la experimentación juguetona y compulsiva.
El músico, el atleta, el bailarín continúan su práctica a pesar de los músculos doloridos y de quedarse sin aliento. Este nivel de actuación no lo logra ninguna exhortación calvinista del superyo, a través de sentimientos de culpa o de obligación. En la práctica el trabajo es juego, es intrinsecamente gratificante. Es sentir a nuestro niño interno que pide jugar sólo cinco minutos más.

Cuando realmente estamos bien y trabajando en nuestra mejor forma, mostramos muchos de los signos de la adicción, sólo que se trata de una adicción que da vida en lugar de quitarla.
La práctica, en particular la que implica estados de samadhi, a menudo se caracteriza por el ritual. El ritual es una forma en la que un ornamento o una elaboración especial marca una actividad, que de otro modo es común, separándola e identificándola, hasta sacralizándola.
De esto me dí cuenta cuando por primera vez se me dió la oportunidad de tocar un Stradivarius.
Simplemente tuve que lavarme las manos aunque estaban limpias.

Mis preparaciones generales incluyen todo lo que hago para estar sano y listo para recibir sorpresas. Necesito energía para adquirir destreza, energía para practicar, energía para seguir adelante a pesar de los inevitables escollos, energía cuando siento que las cosas andan bien y siento la tentación de sentarme a descansar.
( de "Free Play" de Stephen Nschmanovitch)

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